martes, 21 de abril de 2009

Carta de Elías Nikolau desde la prisión de Ánfisa

  A la madrugada del martes,13 de enero, en el oeste de Tesalónica , fui detenido como sospechoso de un incendiado realizado en un edificio de la comisaría municipal.
  Esto ocurrió un año después de noviembre de 2007, cuando fue montada una acusación increíblemente dilatada, contra mí y tres compañeros míos. Este hecho condujo a uno de nosotros a la cárcel y forzó a los tres restantes a la fuga. La caza de brujas continúa…
  Vivimos un diciembre bastante cálido y una condición que demostró claramente la falta de cualquier paz social. Ésta existe todavía en la imaginación de los que no pueden percatarse de que la realidad está determinada por una guerra civil incesante.
  En esta guerra por un lado se encuentran los rebelados contra esta monstruosidad democrática.
  El temor fue sustituido por la furia y la condescendencia por la oposición. El diciembre, como un signo de los tiempos más, evidenció la clara línea divisoria entre los que nutren, conservan y defienden el poder y los que luchan contra él. 
  La cuestión no es contemplar con nostalgia las cenizas que dejó la rebelión a su paso, sino concebir y expresar los signos del presente y del futuro. Los que están presentes y los que están por venir. Los signos de una guerra social inexorable.
  Si queremos que existan momentos de oposición, rebeldía y dignidad, debemos armar nuestras manos y nuestros deseos, con decisión y organización.
  Soy reacio a los que consideran que algo cambiará con manifestaciones pacíficas, porque se trata de los que ya están muertos. Arrastran su cuerpo muerto por las calles, los sindicatos y las oficinas financiadas de sus patrones.  
  Me veo integrado en el bando de los que son guiados por la dignidad y tienen aliados a los que tienen la voluntad insaciable de agitar y destrozar este inmenso cementerio.  
  La cárcel es una estación más para un rebelado. Una estación de cautiverio. Aunque puede que consideren que me han derrotado, nos han derrotado, para mí y para mis compañeros esto funciona al revés. Porque mientras haya presos es seguro que seguiremos luchando.
  Remito a mis compañeros y a los revolucionarios por todas partes, saludos cordiales de rebelión


LIBERTAD A LOS PRESOS DE LA REBELIÓN

LIBERTAD A
GIANNIS DIMITRAKIS,
POLIS GEORGIADIS,
GIORGOS VUTSIS VOGIATZIS 
y a todos los rehenes de la democracia

Elías Nikolau, prisión de Ánfisa, 19 de enero de 2009 

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